23.4.08

El capitalismo «cultural» y las nuevas formas de comunicación

Si la comunicación no puede desvincularse de las sociedades y de la cultura (no pueden existir la una sin la otra), resulta imprescindible responder a la siguiente cuestión: ¿qué sucederá, entonces, cuando todas las formas de comunicación se mercantilicen y la cultura, la materia de la comunicación, se convierta también, inevitable y definitivamente, en una mercancía?

La respuesta es, precisamente, que éste es el desarrollo al que parece estamos asistiendo en la actualidad: la cultura —las experiencias comunes que dotan de significación a la vida humana— está siendo arrastrada de forma inexorable hacia el mercado de la comunicación, donde se renueva con criterios comerciales.
La vida cultural está constituida por una serie de experiencias comúnmente compartidas y, por consiguiente, plantea cuestiones de acceso y pertenencia. Si se es miembro de una comunidad y una cultura, se disfruta de acceso a sus redes compartidas de significado y experiencia; si no se es miembro de esa comunidad, la exclusión es condición definitoria. A medida que una cultura compartida se descompone en experiencias comerciales fragmentadas, los derechos de acceso se van trasladando del dominio común al ámbito comercial. El acceso ya no se basa en criterios intrínsecos —tradiciones, derechos de libre circulación, familia y amistad, etnia, religión o sexo—, sino en la posibilidad extrínseca de pagar su valor de mercado. Si Daniel Bell divide la civilización moderna en tres esferas diferenciadas que interactúan entre sí (la economía, la política y la cultura), hoy asistimos a la culminación del proceso mercantilizador llevado a cabo en el transcurso del siglo pasado, de manera que los valores de los entornos político y cultural han sido arrastrados hacia el ámbito económico. Dentro de la lógica del capitalismo, la aplicación de criterios de explotación no establece diferencias entre un producto u otro. Y es cierto: si el capitalismo industrial pudo apropiarse de los recursos naturales para su ulterior explotación, sirviéndose para ello de la mano de obra local para la producción de bienes y servicios, el emergente capitalismo «cultural» del mismo modo expropia los recursos culturales para producir bienes y servicios culturales. Esta nueva forma de explotación de los recursos —culturales, en este caso— cuenta con un elemento también nuevo y que, en parte, viene por él definido: el desarrollo tecnológico y sus posibilidades de dosificación y posterior reapropiación comercial puesta al servicio del entretenimiento individual que las diferentes innovaciones tecnológicas han ido ofreciendo y que muestran una relación directa entre el surgimiento de la sociedad postindustrial y la disyunción que se ocasiona a raíz de los diversos cambios de ritmo en las áreas de la estructura social, política y cultural. Es decir, que este nuevo tipo de sociedad origina cambios en la estructura social, los cuales, a su vez, provocan problemas gerenciales en el ámbito político y, por tanto, ocasionan nuevas maneras de vivir que son el resultado de la primacía del saber cognitivo y teórico.
Tales modos de vivir desafían inevitablemente a la cultura.
Nosotros creemos que la cultura es una experiencia compartida; es decir, un acercamiento común alrededor de valores compartidos . Sin embargo, es el caso que la producción cultural, inducida por el desarrollo tecnológico, la ha modificado hasta convertirla en «la más poderosa fuerza social y económica de nuestro tiempo».

Marketing y capitalismo cultural

Si la producción cultural se convierte en el fin último de la cadena del valor económico, no es raro que el marketing adquiera una importancia que sobrepasa ampliamente el ámbito comercial. Mediante el marketing se explota el conjunto de los bienes culturales comunes en busca de significados valiosos que puedan transformarse, con técnicas diversas, en experiencias mercantilizadas que luego se puedan vender.
El cambio de perspectiva desde la producción al marketing constituye uno de los más importantes acontecimientos en la historia del capitalismo. El sistema capitalista se sirve de él para traducir normas, prácticas y actividades culturales en mercancías. Los especialistas en marketing utilizan las artes y las tecnologías de la comunicación para atribuir valores culturales a productos, servicios y experiencias, inyectando significación cultural a nuestras compras.
La función del marketing ha cambiado a lo largo de los años, a medida que la venta de la experiencia desplazaba a la venta del producto. En la era industrial, cuando el principal objetivo era la venta de bienes, el marketing —aunque importante— desempeñaba, sin embargo, un papel subordinado. Ahora los trabajadores culturales de la industria del marketing se ocupan principalmente de seleccionar retazos de significado, fundamentalmente, de la cultura popular. Con ayuda de las artes —música, cine, diseño, publicidad—, envasarán el producto para provocar cierta reacción emocional en el cliente asociada a una categoría cultural concreta. La venta del producto se vuelve algo secundario con respecto a la venta de la experiencia, de tal modo que determinadas marcas comerciales no venden tanto el producto que las identifica como la imagen externa (superficial, por ello mismo) de lo que supondría su consumo o su compra: «la imagen no representa el producto», sino que «el producto representa la imagen» ; ésta es la nueva era del marketing. Hoy, comprar significa acceder a un estilo de vida, a la imagen de un estilo de vida que nos gustaría tener y experimentar.
A medida que la producción cultural va dominando la economía, los bienes asumen la condición de meros apoyos. Se convierten en plataforma o escenario para la representación de elaborados significados culturales. Pierden su importancia material, pero ganan importancia simbólica. Son cada vez menos objeto de representación y más instrumento para la representación de experiencias de vida. A diferencia de la propiedad, que generalmente se considera una entidad autónoma, un fin en sí mismo, los bienes se consideran más bien elementos para crear una nueva representación. El nuevo y cada vez más importante papel del marketing es el de gestor de la producción cultural. Los especialistas en marketing crean elaboradas fantasías y ficciones con piezas y fragmentos de la cultura contemporánea, y las venden como experiencias de vida. El marketing, en definitiva, construye una hiperrealidad.
El trabajo del especialista en marketing consiste en saquear la cultura permanentemente para encontrar nuevos contenidos que produzcan determinadas reacciones en nosotros. Con frecuencia, para vender el producto los especialistas en marketing tendrán que sondear las profundidades de la cultura y tomar prestadas imágenes de las fuentes más extravagantes o sorprendentes. De hecho, Benetton, o Levi´s, por poner sólo dos ejemplos, pretenden con sus campañas situar sus marcas en el centro mismo de la cultura popular: es decir, pretendían apropiarse de la cultura mediante técnicas artísticas para explotarla en la producción cultural.
Para los especialistas en marketing, las tendencias contraculturales se han convertido en un objeto de expropiación especialmente atractivo. Entre los asuntos que tienen cabida en sus campañas se pueden encontrar las cuestiones medioambientales, las reivindicaciones feministas, la defensa de los derechos humanos y otras causas donde está en juego la justicia social. Las empresas evocan el espíritu rebelde de sus clientes identificando sus productos y servicios con asuntos culturales polémicos, de modo que sus compras pasen por actos simbólicos de compromiso personal con las causas invocadas. Cuando la gente compra productos en Natura, lo que está comprando, en realidad, es la experiencia de adhesión a la conservación del entorno (?).
En la nueva economía el consumidor es cada vez más un consumidor de cultura, y la cultura es cada vez más un producto, entre otros, del mercado. Esta tendencia resulta especialmente contrastable en un contexto relativamente nuevo: el del marketing de acontecimientos y estilos de vida. Un número pregresivamente mayor de empresas está vinculando sus marcas, productos y servicios a actividades culturales, llegando en ocasiones a controlar el negocio cultural y a administrarlo directamente. La presencia empresarial es prácticamente ubicua en la esfera cultural, y parece que no haya icono anejo a la cultura que pueda evadirse del sello empresarial.
El objetivo del marketing de acontecimientos ligados a un estilo de vida (otra vez Levi´s por ejemplo) es crear relaciones duraderas con núcleos locales y grupos de interés presentando a la compañía como socio y compañero en la actividad cultural. La tendencia, ya hecha hábito, de las consultoras de marketing es aconsejar a sus clientes que, al escoger el estilo de vida o evento patrocinado, liguen su empresa a una actividad cultural o institución que desempeñe ya un papel activo en la vida de la gente a la que quiere llegar. La previsión —ya en marcha— de la próxima tendencia, en lo que se refiere a la puesta en práctica del marketing de estilos de vida o eventos, tendrá como objetivo las actividades y eventos locales .
Los anunciantes son conscientes de que las personas, ante todo y en primer lugar, son consumidores de símbolos más que de productos tangibles. La publicidad, como tal, asume el papel de traductor de los significados simbólicos asociados a referencias culturales; sirve como puente, mediando entre la historia particular de cada individuo y las grandes historias que conforman la cultura. Los consumidores tienen acceso a la cultura (y a sus desviaciones, claro, tan perversas a veces), a sus diversos significados, en parte gracias a los múltiples mensajes publicitarios que reciben. La publicidad informa a los consumidores sobre la «cultura», y les enseña qué compras evocarán la connotación cultural y experiencia de vida más adecuada a sus gustos. El capitalismo avanzado, por tanto, ya no sólo fabrica bienes o provee de servicios, ni siquiera intercambia información: su objeto es, sobre todo, la creación de elaboradas producciones culturales.
Ante esta situación que acabamos de exponer, un pregunta quedaría por resolver: ¿es posible invertir los resultados de este proceso de mercantilización de la cultura?, o dicho de otro modo, ¿existe alguna posibilidad de convertir el marketing y sus estrategias en una herramienta que separada del mercado, por muy paradójico que resulte, pueda ser útil en la tarea de hacer de nuestras vidas una experiencia más libre, menos sometida.

A este respecto, nos gustaría recomendar al lector la visita del sitio www.yomango.net, así como la lectura del texto Acerca de Yomango donde se explica con detenimiento en qué consiste este proyecto pionero de eso que podríamos denominar marketing sin mercado.


desde leodecerca.

Todos somos punks, todavía

Londres, enero 2008.

Nada más ni nada menos que el eje sobre el que hoy se monta parte del arte contemporáneo reside en la teoría sobre la que se basó la muestra Panic Attack!: Art in the Punk Years y que ahora se ha convertido en un libro de consulta obligatoria para conmemorar los 30 años del movimiento pero también mucho más.

Panic Attack!: Art in the Punk Years es una exhaustiva investigación sobre las escenas artísticas británica y americana del punk y el post-punk de la que se puede inferir un proceso de contaminación global.

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Obra del argentino David Lamelas incluida en la muestra

El libro -que ahora puede adquirise en España y América Latina a través de la distribuidora Cataclismo- recoge los resultados de la muestra curada por Mark Sladen, director del Institute of Contemporary Art de Londres, y Ariella Yedgar, curadora idependiente.



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La exposición tuvo lugar en Londres en la Barbican Gallery durante el último otoño europeo e incluyó la obra de treinta y tres de los más importantes creadores de esa época cuya obra refleja el espíritu rebelde, incisivo, independiente y anárquico del punk, un espíritu que hace eco en estos días, reciclado, escondido pero vívido aún.

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Patti Smith por Robert Mapplethorpe ©

En Panic Attack!: Art in the Punk Years se pueden encontrar ensayos de prestigiosos autores británicos y americanos sobre aspectos como la disolución de las fronteras entre disciplinas artísticas, la primacía de lo participativo, el uso de lugares alternativos, el desarrollo de las escenas underground en Nueva York y Londres, y las estrategias políticas de rechazo al conservadurismo de la era Tathcher y Reagan que desarrolló la fotografía en esos años.

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Jamie Reid. God Save the Queen (Single Cover), 1977

Se incluye también una rigurosa cronología sobre los acontecimientos musicales y artísticos producidos durante ese período.

Bonus track, artistas incluidos en el libro: Jean-Michel Basquiat, Victor Burgin, COUM Tran smissions, Tony Cragg, Ceryth Wyn Evans, Gilbert & George, Nan Goldin, Keith Haring, Jenny Holzer, Peter Hujar, Derek Jarman, Mike Kelley, Barbara Kruger, David Lamelas, Linder, Andrew Logan, Robert Longo, Paul McCarthy, Robert Mapplethorpe, Gordon Matta-Clark, Mark Morrisroe, Tony Ousler, Raymond Pettibon, Adrian Piper, Richard Prince, Jamie Reid, Martha Rosler, Cindy Sherman, John Stezaker, Hannah Wilke, Stephen Willats, David Wojnarowicz, Bill Woodrow.


Flashes de la exposición y opinión de los curadores


desde Civilización&barbarie.

Hazlo tu mismo, Jamie Reid el diseñador del Punk




Colaboración para fanzine: Gritah!

Dentro del diseño portadas existe un elemento importante: la experimentación ya que gracias a este ejercicico se han logrado quebrantar reglas y se han impuesto otras maneras de resolver los procesos del diseño creando así nuevos códigos de entendimiento al momento de representar lo musical por medio de la imagen.
Esta experimentación ha sido de gran ayuda en la evolución del lenguaje visual y lenguaje musical, sumado a la experiencia de las décadas pasados: para desde los años 50´s con movimientos como el Jazz y Blues, los 60´s con la psicodelia y el pop art hasta llegar la década de los años 70s década aparece el diseño y la estetica Punk.

El Diseño Punk al igual que la música estaba en contra de todos los valores establecidos esto tanto en el campo grafico como en el musical, las portadas del diseñador Jaime Reid que realizó para los Sex Pistols fueron el mayor ejemplo de esta tendencia el cual era un diseño que se caracterizaba por utilizar tipografía tosca y recortada, al estilo de la propaganda situacionista del grupo activista parisino Guy Debort, tambien en este tipo de diseño se notaba una fuerte influencia del diseño dadaísta de los años 20s y de los ejercicios de intervencion de esa época. Reid en la portada del sencillo Good save the Queen ( Dios salve a la reina) realizo este tipo de ejercicios con la fotografía de la reina Isabel de Inglaterra, al intervenir sus ojos y boca con tipografía recortada, ( tal y como lo hiciese Marcel Duchamp al agregarle bigotes a la monalisa).


Este tipo de diseño que estaba en contra de lo armónico, estético y profesional fue considerado una imperdonable ofensa estética por muchos diseñadores establecidos. Reid ejerció una gran influencia en diseñadores del post punk de la talla de Neville Brody y Vaughan Oliver; también lo hizo con el proceso del diseño en particular: fue el primero en lograr adaptar el espíritu del movimiento punk a las posibilidades técnicas de la gráfica, impulsando la democratización del proceso de autogestión, utilizando la consigna: Just do it your self, Hazlo tu mismo".

Para el primer sencillo de los Sex Pistols titulado Nevermind the Bollocks en 1977, donde la portada era una apropiación de un empaque de detergente, este disco fue varias veces sensurado y hasta llego a ser enjuiciado por la corte de Nottingham, por el echo de utilizar la palabra "Bollocks" en el título. A pesar de esto, se le consideró legal y obtuvo fuertes ventas, hasta llegar a ser uno de los discos más influyentes en la historia del rock.


Reid fue muy hábil en la utilización de recursos gráficos para construir los mensajes y consignas, propias de un personaje anárquicamente correcto.

desde hibriovisual.

11.4.08

Demoler el museo, papi





Principalmente, esta entrada sirve como excusa para meter algo de música en el blog.

Y con la excusa, cruzamos estos dos temas que aunque alejados en tiempo y estilo, comparten cierta actitud frente al espacio público, es decir, las zonas de paso, los lugares de encuentro, paso, partida y llegada...

10.4.08

¿QUIÉN MATÓ A BAMBI? LA(S) HISTORIA(S) (OCULTAS) DE LOS SEX PISTOLS


Entonces ya está claro a qué jugamos. Y lo vamos a hacer con una historia reciente y sujeta a muchas versiones: la de los Sex Pistols. La historia de los Sex Pistols es perfecta para jugar a la mitopoiesis: es fragmentada, conflictiva, popular, pública e indescifrable a la vez. Y es también el punto de partida de Rastros de Carmín. Una historia oculta del siglo XX de Greil Marcus.

Algunos elementos para empezar a jugar:

La tesis de Marcus:
Para Marcus la Historia es un flujo de genealogias ocultas que sobreviven a través de los tiempos en el inconsciente colectivo. A partir de esta idea, en "Rastros de carmín. Una historia secreta del siglo XX" dibuja las líneas de unión entre los Sex Pistols, el situacionismo y su hermano menos conocido el letrismo, el dadá e incluso algunos grupos de herejes medievales. ¿Qué tienen en común estos movimientos?
[Hiperenlaces]
RASTROS DE CARMIN. UNA HISTORIA SECRETA DEL SIGLO XX (Greil Marcus)

La tesis de Home:
“Sólo un imbecil puede confundir el punk con el arte”

Home dice que hoy nos enfrentamos a una historiografía parcial de los tres movimientos -el punk, el situacionismo y el dada, del que se inspiran ambos- y especialmente del situacionismo cuyos textos han sido distorsionados y poco o mal difundidos.

[Hiperenlaces]
EL ASALTO A LA CULTURA. CORRIENTES UTÓPICAS DESDE EL LETRISMO A CLASS WAR (Stewart Home)

La escena punk-rock de New York:
"En USA el punk rock es una postura musical para cantar rock and roll, pero en Inglaterra es una estrategia política"

Mark P., miembro de la banda Alternative T.V. y autor del mítico y pionero zine "Sniffin Glue"
[Hiperenlaces]
PLEASE KILL ME. THE UNCENSORED ORAL HISTORY OF PUNK

La sombra de Malcom Mc Laren:
[Hiperenlaces]
LA INCÓGNITA MC LAREN

King Mob y los situacionistas ingleses:
[Hiperenlaces]
KING MOB Y LOS SITUACIONISTAS INGLESES

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[Enlaces externos]

"Who killed Bambi?"
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KING MOB Y LOS SITUACIONISTAS INGLESES


Las ideas situacionistas habían llegado a Inglaterra, en parte, por el marginal trabajo de King Mob, la versión inglesa de los postulados de la Internacional Situacionista (I.S.). No obstante, el núcleo de la I.S nunca sintió una especial empatía por este grupo al que consideró una adaptación demasiado libre de las ideas situacionistas (para King Mob cabía hasta la experiencia de los Motherfuckers estadounidenses, algo muy alejado del purismo extremo de los militantes del núcleo primigenio de la I.S.).

King Mob was a radical group endeavouring to contribute to worldwide proletarian social revolution, based in London during the 1970s.
It was a cultural mutation of the Situationists and the Motherfuckers street gang. They sought to emphasize the cultural anarchy and disorder being ignored in Britain. They derived their name from Christopher Hibbert's 1958 book on the Gordon Riots of June 1780, in which rioters daubed the slogan "His Majesty King Mob"' on the walls of Newgate prison, after gutting the building.

King Mob appreciated pop culture and distributed their ideas and political ideas through various posters and through their publication King Mob Echo, which celebrated killers like Jack the Ripper, Mary Bell, and John Christie. One King Mob flyer in particular celebrated Valerie Solanas' 1968 shooting of Andy Warhol and included a hit-list of: Yoko Ono, Mick Jagger, Bob Dylan, Mike Kustow, Richard Hamilton, Mario Amaya (who was later shot by Solonas), David Hockney, Mary Quant, Twiggy, and "IT" editors Miles and Marianne Faithfull.

En la fundación de King Mob se encuentra Christopher Gray, uno de los tantos expulsados de la I.S. y autor de “Leaving the 20th Century” (1974), la 1ª edición de textos situacionistas en inglés, publicado con ayuda de Jamie Reid.

Jaime Reid fue el cofundador de una revista anarquista llamada " Suburban Press ", pero será popularmente conocido como el diseñador gráfico de los Sex Pistols desde 1976 a 1979. Sus diseños eran una ingeniosa mezcla de collage y de alteraciones de obras o elementos ya existentes (una especie de détournement situacionista).

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[Hiperenlaces]

¿QUIÉN MATÓ A BAMBI? LA(S) HISTORIA(S) (OCULTAS) DE LOS SEX PISTOLS
RASTROS DE CARMIN (Greil Marcus)
LOS Y LA SITUACIONISTAS

LEAVING THE 20TH CENTURY (Christopher Gray)
LA REVOLUCIÓN DEL ARTE MODERNO Y EL ARTE MODERNO DE LA REVOLUCIÓN. SECCIÓN INGLESA DE LA INTERNACIONAL SITUACIONISTA

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[Enlaces externos]

Second Situationist International en la entrada Situationist International de la Wikipedia en inglés
Archivo Situacionista Hispano
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LA INCÓGNITA MCLAREN

Malcom McLaren es conocido por haber sido el manager de los Sex Pistols y, según algunas versiones, el verdadero artífice de la explosión del punk británico. En la época era dueño junto con Vivienne Westwood de la boutique Sex en King's Road, Londres, por donde circulan los futuros miembros de los Sex Pistols (Glen Matlock, primer batería después sustituido por Sid Vicious, trabaja en la tienda).

Antes de la explosión del punk británico, McLaren viaja a Estados Unidos donde entra en contacto con la escena punk-rock de New York. Siendo manager de los New York Dolls, cuelga detras de sus escenario una pancarta que dice “cuál es la política del aburrimiento?”, en referencia a un slogan situacionista (“el aburrimiento es siempre contra-revolucionario”).

Se dice que McLaren junto a Jamie Reid (autor de las portadas de los discos de los Sex Pistols) estuvo en contacto con la seccion inglesa de la Internacional Situacionista.

En una entrevista de 1995 Mc Laren dice:

"El punk sigue existiendo, se ha infiltrado subrepticiamente en muchos terrenos. [...] A mi modo de ver, en donde menos ha influido es precisamente en la música."

[...] "De todas las personas que participaron realmente en la génesis del movimiento punk, de todos los que sabíamos lo que estábamos haciendo y teníamos una noción clara de la clase de subversión que fraguábamos, no recuerdo a nadie que fuera músico."

[...] "Para nosotros fue un simple medio de transporte de unas ideas que trascendían la anécdota de las bandas concretas. [...] Los Sex Pistols fueron un instrumento, una herramienta, y eso es algo que tal vez ellos no llegaron a comprender jamás."
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[Hiperenlaces]

¿QUIÉN MATÓ A BAMBI? LA(S) HISTORIA(S) (OCULTAS) DE LOS SEX PISTOLS
RASTROS DE CARMIN (Greil Marcus)
LOS Y LA SITUACIONISTAS

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[Enlaces externos]

Malcom McLaren en la Wikipedia
Malcom McLaren, las dos caras de una misma moneda
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